¿Tu mascota come demasiado rápido? Qué hacer para evitarlo.

La mayoría de dueños de perros, saben que sus mascotas disfrutan mucho con una buena comida. Aunque hay excepciones, los perros suelen ser comilones por naturaleza. Nunca dicen que no a un buen bocado, y en ocasiones comen más de lo que deben.

Hay perros, que comen demasiado rápido, no mastican, y tragan mucho aire a la hora de alimentarse. Este comportamiento, viene de sus parientes los lobos. Es un instinto de supervivencia por el que engullían lo más rápido posible para no quedarse sin su porción. Aun así, esto puede ser perjudicial y ocasionarles problemas graves como los que exponemos a continuación:

  • Peligro de obstrucción: si el perro come comida casera, y tiene tendencia a comer rápido y sin masticar, es posible que pueda ahogarse con algún trozo que sea demasiado grande. Por eso es importante, que este tipo de perros, se alimenten de un buen pienso seco adecuado a sus características.
  • Gases: Al tragar rápido y sin apenas masticar, la cantidad de gases que se introducen al organismo es mucho mayor que la que pasa cuando se come despacio y masticando. Al igual que las personas, ellos sufren dolores de barriga y pueden tener flatulencias.
  • Síndrome de dilatación-torsión gástrica: sin duda esta es una de las complicaciones más graves que pueden ocurrir en estos casos. Es una patología muy frecuente en la clínica veterinaria y puede poner en riesgo la vida de tu mascota.

La causa de este síndrome no está clara aún, pero existen muchos factores de riesgo que hacen que tu perro pueda padecerlo.

Factores predisponentes:

  • Raza: los perros grandes están más predispuestos a padecer este tipo de trastornos, ya que tienen el tórax más profundo y el estómago más grande.
  • Edad: es algo que suele ocurrir en perros adultos.
  • Costumbres: como hemos comentado, las costumbres que tenga el perro a la hora de comer, pueden predisponerlo a padecer este problema. Los perros que comen mucho y muy rápido tienen más riesgo que los que comen poco y despacio.

Hacer ejercicio tras la comida (ejercicio postprandial) también puede resultar peligroso, ya que el estómago está lleno, y puede estar más predispuesto a la torsión. Si el perro tiene costumbre de revolcarse recién comido, también puede sufrir este problema.

Por último, beber grandes cantidades de agua tras hacer ejercicio, o antes de hacerlo, puede ser peligroso y llevar al perro a padecer este problema.

Síntomas:

Para poder detectar este síndrome si ocurre es importante que se conozcan los síntomas. Una actuación temprana del veterinario puede ser crucial para salvar la vida de nuestro amigo.

Entre los síntomas más frecuentes podemos destacar:

  • Dolor abdominal
  • Abdomen hinchado
  • Arcadas sin conseguir vómito
  • Nerviosismo y jadeo
  • Encías pálidas

Si se detecta alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir de urgencia a un veterinario. El tratamiento suele ser quirúrgico en la mayoría de las ocasiones.

Prevención:

Lo mejor que podemos hacer en estos casos, es optar por la prevención. Aunque hay factores predisponentes que son intrínsecos al animal, podemos prevenir los factores extrínsecos para que nuestro amigo no tenga que sufrir este trastorno.

 

 

Con todos estos consejos, podrás hacer que tu perro disfrute más de sus comidas y las digestiones sean adecuadas. Ante cualquier problema al respecto, lo mejor es acudir a un especialista.

Source: Blog Pienso y Mascotas

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